Discernimiento Ignaciano: incidencia espiritual frente a la elaboración del dolor causado por la pérdida

Abstract

A lo largo de la historia y de la vivencia personal, el ser humano ha tenido que enfrentarse con diferentes dolores a causa de la pérdida. Dolores que en muchos casos son físicos, pero que en otros muchos son psicológicos, emocionales y espirituales; dolores que han sido elaborados y otros muchos que permanecen escondidos en las profundidades del ser, esperando el momento más “oportuno” para recordar que, aún están y necesitan del hombre, aunque sólo sea su atención. Nos encontramos frente a un ser humano herido, lastimado; un ser humano que camina a tientas con su dolor buscando la mejor manera de continuar, de conocerse y de reconstruir su propia vida, su propia historia. Nos encontramos también, ante la vivencia de un hombre que sufriendo en “carne propia” la pérdida y el dolor, recibió del Señor una experiencia que le permitió elaborarlo, resignificarlo y a partir de allí reencaminar su vida. Es San Ignacio de Loyola, un noble caballero español que se convirtió en un militante de Cristo. Desde su propia realidad, este santo entendió que el discernimiento de espíritus podría conducirlo a buscar y hallar la voluntad de Dios, a sanar sus heridas y a ayudar a muchos a ordenar la propia vida, es por eso, que, partiendo de lo propuesto por él en los Ejercicios Espirituales, nos preguntamos: ¿Cuál es la incidencia espiritual del discernimiento Ignaciano en la manera de asumir el dolor causado por las pérdidas que a lo largo de su historia vive el ser humano? Así mismo, nos arriesgamos a proponer un itinerario de discernimiento que pueda conducir al hombre y la mujer de hoy a dicho fin, elaborar el dolor causado de la pérdida.