Revisión documental sobre los aspectos bioquímicos y nutricionales determinantes de la síntesis y acción de la serotonina y melatonina en pacientes con trastorno depresivo mayor

Abstract

Con una prevalencia del 16% a nivel mundial, la depresión se ha convertido en un problema de salud pública caracterizado por generar síntomas psicológicos y físicos que implican el deterioro funcional de la persona (Cunninghama, Stamp, & M.Shapiro, 2019). Por lo general, los tratamientos para mitigar esta patología han sido medicamentos de orden psiquiátrico que, confrontados con placebo, resultan tener efectos mínimos y un alto porcentaje de efectos secundarios (Saleem et al., 2020) (Soler, Martín, & Lacal, 2008). Entre los subgrupos de psicotrópicos más utilizados por médicos se encuentran los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS, que afectan la recaptación por parte de la proteína transportadora específica para la serotonina, produciendo que su tiempo en el espacio sináptico sea mucho mayor y por ende mayor expresión (Moustafa, 2021). Sin embargo, la expresión de la serotonina en el espacio sináptico depende de cofactores, principalmente minerales, tales como calcio, sodio y potasio (Askari, 2019) (Contreras, 2018); a raíz de ello varios estudios han dirigido sus objetivos a investigar formas alternas de tratamiento o como coadyudantes en la depresión a partir de suplementación dietaria (Bahrami et al., 2017) (Bennett, Dolin, & Blaser, 2017). Otras investigaciones han hecho énfasis en la administración oral de L-triptófano, aminoácido esencial precursor de serotonina, obteniendo resultados satisfactorios (Murray & Pizzorno, 2020). Es así como esta investigación surge del interés sobre conocer los aspectos bioquímicos y nutricionales que influyen en la producción y utilización de serotonina en pacientes con depresión, los factores que la condicionan e identificar la influencia de la serotonina y melatonina sobren la salud mental. Esto, para que el profesional en nutrición participe activamente en el tratamiento de la depresión con terapias nutricionales bien enfocadas.

Artículos similares a esta investigación, han demostrado fuerte daños neuronales por sustancias ingeridas durante la alimentación, que promueven el desarrollo de citoquinas proinflamatorias (Hernández, Ayman, Königsberg, & Guerrero, 2018), esto se debe a que las neuronas son significativamente susceptibles a las especies reactivas de oxígeno, lo que promueve peroxidación lipídica (Carvajal, 2019). Sin embargo, también se han evidenciado efectos protectores y regeneradores de antioxidantes como vitamina C, E, D, A y DHA, cuando pasan la barrera hematoencefálica (Mina Kaviania, Zandb, Yaghmaeia, & Neyestanib, 2020) (Shivavedigullanki, Charan, Neogiprasanta, & Nayak, 2019). Evidencia importante sustenta lo anterior como una relación directa y bidireccional entre el intestino o microbiota y el cerebro a través del nervio vago, denominado eje intestino – cerebro (Margolis & Gershon, 2016). Otro factor importante para este estudio es el comportamiento del cortisol en el ciclo circadiano, pues la hiperactividad del eje hipotalámico hipofisario suprarrenal (HPA por sus siglas en inglés), promueve niveles perjudiciales de cortisol que con el tiempo generan deformación cerebral, neuroinflamación y mala calidad del sueño, traducido en insomnio crónico (Tartar et al., 2015). Finalmente, cuando no hay una correcta homeostasis de estos factores, la correlación bidireccional incurre en el trastorno depresivo mayor (TDM).